viernes, 21 de noviembre de 2008

Una Fruta Para Dos...

Su compositor nació en 1945 en la provincia de Cuenca, España, donde escribió sus canciones y desde donde llegaría a convertirse en uno de los cantautores más prolíficos de la industria discográfica española con más de 450 canciones registradas en la Sociedad General de Autores de España, grabadas en al menos veintisiete discos de los que se han vendido alrededor de cincuenta millones de copias, por lo que obtendría unos cien discos de oro y de platino, y recibiría premios como «reconocimiento a su trayectoria artística». Pero no fue sino hasta su séptimo disco, que lanzó en 1979, que habría de componer y grabar esta canción. Ese disco, titulado Tiempo de otoño, ocupó el puesto número uno de «los cuarenta principales en España» durante todo un año, y esa canción, unos veintinueve años más tarde, ocuparía el puesto número tres en nuestra encuesta «Su canción popular favorita». Se trata de la siguiente canción, compuesta por José Luis Perales:

El amor es una gota de agua en un cristal,
es un paseo largo sin hablar,
es una fruta para dos.
El amor es un espacio donde no hay lugar
para otra cosa que no sea amar;
es algo entre tú y yo.
El amor es una boca con sabor a miel,
es una lluvia en el atardecer,
es un paraguas para dos.
El amor es un espacio donde no hay lugar
para otra cosa que no sea amar;
es algo entre tú y yo.
El amor es llorar cuando nos dice adiós,
el amor es soñar oyendo una canción,
el amor es besar poniendo el corazón,
es perdonarme tú y comprenderte yo.
El amor es parar el tiempo en un reloj,
es buscar un lugar donde escuchar tu voz.
El amor es crear un mundo entre los dos,
es perdonarme tú y comprenderte yo.

En una entrevista que concedió al final del año en que grabó esta canción que lleva por título «El amor», Perales dijo, respecto a sus composiciones: «Tengo que conocer y sentir el tema del que voy a hablar». De ahí que dijera unos meses después, respecto a este tema: «El colegio, y mi madre, me enseñaron la fidelidad hacia mi mujer. Y yo considero que... si la he elegido, es para vivir con ella, y que si no, no la debí haber elegido. Y eso que, a veces, he luchado por ser fiel, y me ha costado trabajo; porque esta vida nuestra es complicadísima. Pero... puedo jurar que lo he conseguido.»
Ante semejante testimonio, no nos queda más que decir: «¡Gracias, José Luis!, no sólo por grabar en nuestro corazón el mensaje que el amor de pareja “es una fruta para dos”, “algo entre tú y yo” y nadie más, sino también por vivirlo, poniéndolo en práctica tal y como lo estableció Dios en el principio, cuando creó a la primera pareja.



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