Un conferencista contó la historia de una paciente en su consulta de consejería que odiaba su trabajo y creía que le estaba arruinando su vida. Pero a lo largo de la terapia, ella parecía no estar en absoluto dispuesta a mejorar su situación. Cuando él le sugirió que buscara un nuevo trabajo, ella se quejó de que no había buenos trabajos en su pequeña ciudad. Él le pregunto si había considerado la posibilidad de buscar un trabajo en la ciudad más cercana, que estaba a unos veinte kilómetros de distancia. Ella dijo que necesitaría un auto para viajar esa distancia, y que no lo tenía. Cuando el terapeuta le ofreció un plan para comprar un auto económico, ella se opuso diciendo que eso no daría resultado, ¡porque de todas formas no había lugar para aparcar en la ciudad vecina!
Creo que en la vida hay tres cosas seguras: la muerte, los impuestos y el cambio. Si miras a tu alrededor notaras que la mayoría de la gente puede manejar mejor la muerte y los impuestos que el cambio. Pero sin este nunca sabremos lo maravilloso que pueden ser los planes que Dios tiene para nosotras.
El temor al cambio proviene del temor a la pérdida, aunque lo que perdamos nunca nos haya gustado. Si estas batallando hoy con el cambio en tu vida, tómate un momento para llevar tus temores ante el Señor. Teniendo Fe en su guía, ¡el cambio puede conducir a una bendición!
Nuestras verdaderas bendiciones a menudo aparecen ante nosotros en forma de dolores, perdidas y desengaños; pero tengamos paciencia y pronto las veremos en sus verdaderas formas.
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