martes, 24 de mayo de 2011

Hoy quiero compartirles una linda experiencia que habla de ayudar al prójimo, se trata de los diminutos gorritos que hemos ido tejiendo en mi familia para donarlos al Parkland Hospital en Dallas, Texas. Estos gorritos son para bebes prematuros que no han corrido con mucha suerte como nosotros de nacer sanos y fuertes, los bebes son tan pequeños que es casi imposible que sobrevivan, lo más grato es saber qué mayoría de los padres de familia suelen guardar los gorritos como un recuerdo después que su bebe fallece y esto ya se ha ido haciendo una tradición.


Los gorritos son hechos con ciertas normas de fabricación, es decir requieren de un tamaño específico, al igual que el color y sobre todo la calidad del hilo a tejer, ya que debe ser un hijo fino y delgado para no lastimar la pequeña cabecita del nacido.

Esta experiencia entre otras son cosas muy personales que no suelo comentar, pero un día pensando en cómo ayudar al prójimo, pensé que compartirlo con ustedes, podría ayudar a sensibilizar a las personas y darles la idea de ayudar al prójimo de alguna manera, ya que hay muchas formas como podemos servir a Dios y ayudar a nuestro prójimo.


Espero les nazca hacer algo para ayudar al necesitado, Como tarea de todos los días, hay que tener presente que lo que necesitamos tener es la voluntad de hacerlo, lo demás viene por añadidura, es sólo cuestión de dejarse llevar por las necesidades de la humanidad. No existe un manual para este tipo de ayudas, esto es cuestión de sentimiento y consciencia, por tanto solo debes atreverte a sentirte o darte el chance de que tienes la capacidad para poder ser útil para la gente que necesita más que tu.
Una forma fácil de creer si puede hacerlo, es tratar de ponerse en los zapatos de la persona que lo necesita, y ver si a ti te gustaría que alguien te diera la ayuda. Las ayudas no solamente son tangibles, o económicas, existen ayudas con mucho valor que son los consejos y el apoyo que se le dé en circunstancias difíciles para ese ser que se puede ayudar.
Tienes que saber que cuando ayudas a alguien tiene que ser realmente del corazón, nunca actúes para que te vean o para querer ganarte el cielo como se dice en el lenguaje de los que creemos en Dios, cuando ayudas tienes que estar convencido de querer hacerlo, y así te darás cuenta que tienes la capacidad y que es sencillo y satisfactorio hacerlo.
No siempre tienes que irte lejos de tu lugar de residencia para hacerlo, día a día, vemos seres humanos necesitados de un consejo, o de un plato de comida o de una medicina o simplemente que se le escuche. Toma en cuenta que cuando ayudas a alguien vas a hacer feliz aunque sea por ese momento a esa persona que tanto lo necesita.


La mejor manera de ayudar es buscando tu las personas que crees que necesitan de tu apoyo, o quizá para las fiestas de navidad es bueno prepararte con alguna familia que no podrá tener lo básico para recibir la navidad y la ayudes con las cosas que ella pueda necesitar, en especial si hay niños que esperan un regalo de navidad.
Podemos también visitar enfermos en los hospitales y hacer una pequeña oración por su salud, como también visitar casas hogar y jugar y enseñar algo bueno a los nenes huérfanos, magnifico seria pasar por un asilo de ancianos y hacer algún servicio social, en verdad que es de gran satisfacción y si vieran lo mucho que uno aprende con estas experiencias.
También puedes unirte a otro grupo de personas y hacer la caridad en grande, tomando en cuenta unas cuantas familias más. Y si es difícil para ti, entonces busca centros de ayuda que están ya organizados y aporta tu granito de arena para que sea llevado hacia las personas que ya ellos tienen en su lista para ser ayudados.
Te dejo abrazos cálidos y muchas bendiciones… recuerda que:
-Amar al prójimo debe ser tan natural como vivir y respirar
-Antes de juzgar al prójimo, pongámosle a él en nuestro lugar y a nosotros en el suyo, y a buen seguro que será nuestro juicio recto y caritativo.
-Aquel que procura asegurar el bienestar ajeno, ya tiene asegurado el propio.
-Cada vez que menospreciamos a uno de nuestros hermanos porque es pobre o enfermo, es a Cristo a quien humillamos.
-Comienza a manifestarse la madurez cuando sentimos que nuestra preocupación es mayor por los demás que por nosotros.
-Con el amor al prójimo el pobre es rico..., sin él el rico es pobre.
- Cuando amamos al hermano con amor verdadero..., le amamos con un amor que viene de Dios... Y el que no ama al hermano, no está en el amor..., y el que no está en el amor no está en Dios porque Dios es amor.
-Cuando hemos renunciado a nuestra dicha y nos contentamos en ver dichosos a los que nos rodean, es quizá cuando empezamos a ser felices.
-Cuando nos dirijamos a alguien, recordemos que Cristo vive en esa persona.
-Cuando tratamos de descubrir lo mejor que hay en los demás, descubrimos lo mejor de nosotros mismos.
-El amor al prójimo es nuestra medida de nuestro amor de Dios.
-El cristiano debe ser ajeno en este mundo a la mera diversión. Debe, más bien, obrar, trabajar y producir para la gloria de Dios y para ser verdaderamente útil al prójimo.
-El don más grande que podemos hacer a otros no es compartir con ellos
nuestra riqueza, sino hacerles descubrir la propia.
-El mejor regalo que podemos darle a otra persona es nuestra atención íntegra.

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