lunes, 30 de mayo de 2011

Una Cubierta De Cuero...

La mirada de Dios no es como la del hombre,
el hombre ve las apariencias;
pero el Señor ve el corazón.
(1 Samuel 16:7)


Dodie Gadient, mi amiga y maestra que había ejercido la docencia durante trece años, decidió viajar atravesando los Estados Unidos para ver los paisajes sobre los que había enseñado. Emprendió su aventura viajando sola en una camioneta con remolque. Una tarde, a la hora más congestionada del tráfico de California, la bomba de agua de su camioneta se estropeó. Estaba cansada, irritada y asustada porque a pesar del atasco que había provocado, nadie parecía estar interesado en ayudarla.


Apoyándose en el vehículo, finalmente oró: Por favor, Dios, envíame un ángel… preferiblemente a uno que tenga experiencia en mecánica. Unos cuantos minutos después, paso una enorme Harley conducida por un formidable y atlético hombre de cabello largo, barba y brazos tatuados, que con un increíble aire de confianza se detuvo y puso manos a la obra con la camioneta. Un rato después, detuvo a un camión mas grande, puso una cadena en el parachoques de la camioneta y apartó al gran remolque de la autopista llevándolo a una calle lateral donde tranquilamente continuó trabajando en la bomba de agua.


Mi amiga estaba intimidada y demasiada asombrada como para poder hablar, sobre todo cuando leyó las paralizantes palabras escritas en la espalda de la chaqueta de cuero que el hombre llevaba: ¨Ángeles del Infierno, California¨. Cuando el hombre termino su tarea, ella apenas pudo sacar coraje para decirle: Muchas gracias, y mantener una breve conversación con él.


El hombre al ver la sorpresa de mi amiga y maestra ante toda su experiencia, la miró fijamente a los ojos y musitó: No juzgue un libro por su cubierta. Puede que no sepa con quién está hablando.
Luego sonrió, cerró el capo de la camioneta, se montó en su Harley, y despidiéndose con la mano se fue tan rápido como apareció.


Dios tiene su manera de abrir nuestros ojos, ampliar nuestra perspectiva y mostrarnos sus mayores tesoros, las personas, si estamos dispuestas a mirar más allá de nuestros perjuicios y conceptos preconcebidos.


Mantente hoy abierta a que Él te muestre unos cuantos de sus tesoros…


NO JUZGUES A NINGUN HOMBRE
ANTES DE HABER CAMINADO
DURANTE DOS LUNAS EN SUS MOCASINES..

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