domingo, 31 de octubre de 2010

Suposiciones Equivocadas...



Te ha engañado tu orgullo;
Vives entre las grietas de la roca,
Habitas en las alturas, Y te dices a ti mismo:
¿Quién me arribara por tierra?
(Abdias1:3).

Una viajera compró en una de las salas de descaso del aeropuerto, un pequeño paquete de galletas para comer mientras leía el periódico, poco a poco fue escuchando unos crujidos. Al mirar por detrás del periódico, se quedó pasmada al ver que un hombre bien vestido se estaba comiendo sus galletas. No queriendo hacer una escena se inició hacia delante y agarró una galleta.


Después de unos minutos, la mujer siguió escuchando crujidos. El hombre estaba agarrando otra galleta del paquete, que ya llegaba al final, Estaba enojada, pero no se atrevía a decir nada. Entonces, como para echarle más sal a la herida, el hombre partió por la mitad la galleta que quedaba, se la dio a ella, se comió la otra mitad, y se marchó.


Todavía furiosa, un rato después, cuando anunciaron su vuelo la mujer abrió su bolso de mano para sacar el boleto, y para su sorpresa y vergüenza, ¡allí estaba el paquete de galletas sin abrir!


Es muy fácil hacer suposiciones acerca de lo que ocurre a nuestro alrededor. Esperamos que las cosas sean de cierta manera basándonos en las experiencias del pasado y en lo que ya sabemos o nos han dicho de una situación. Las suposiciones no siempre son equivocadas, pero nunca hay que confiar en ellas, pues demasiadas veces conducen a la vergüenza e incluso a la destrucción.


La Biblia nos dice que la suposición está basada en el razonamiento humano, y que su fuerza impulsora es el orgullo. Como dice el pasaje anterior, creemos que lo sabemos todo, lo que hace que seamos engañadas.


El orgullo a la mujer de la historia a suponer que tenía la razón, y que el caballero estaba equivocado. En lugar de verlo a través de los ojos de Dios y orar por sabiduría para manejar la situación, ella ignoro al hombre. Estaba completamente ciega ante la bondad de él hacia ella.


Cuando te encuentres en medio de un conflicto con otras personas, evita las suposiciones orgullosas, caminando en el amor de Dios. Mira a los demás y las situaciones a través de sus ojos. Después de todo, tu visión es limitada, ¡pero El sabe exactamente lo que está ocurriendo!


EL ORGULLO ES UN CANCER ESPIRITUAL
QUE SE COME LA UNICA POSIBILIDAD
DE AMOR O DE CONTENTAMIENTO,
E INCLUSO DE SENTUDO COMUN.

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