Venerado Juan Pablo ll: 1 de mayo, fecha en la que tu sucesor Benedicto XVl te proclamo beato, como un paso importante para tu canonización, nos emocionamos millones de mexicanos, tus compatriotas porque tú nos elegiste así en 1999, durante el ¨Encuentro de las cuatro generaciones¨, cuando, en el Estadio Azteca, te escuchamos decir. ¨Soy un Papa Mexicano ¨. México fue un país privilegiado porque desde el inicio de tu heroico pontificado de más de 26 años como Vicario de Cristo en la Tierra, lo grabaste en tu mente y en tu corazón. Como prueba de ellos, nos visitaste cinco ocasiones.
Tu quinta visita, que sería la despedida física del pueblo mexicano al que tanto amaste en vida, la hiciste cuando el mal del párkinson había dañado tu cuero, pero no tu espíritu indomable que quiso entregarse al Padre hasta el último instante de tu vida temporal.
Los días 30 y 31 de julio y el 1 de agosto del 2002 estuviste por última vez entre nosotros. El motivo de tu visita fue la canonización de Juan Diego, elegido por nuestra Santísima Madre de Guadalupe para dejar en su tilma su sagrada imagen, y otros dos indígenas: Juan Bautista y Jacinto de los Ángeles, indígenas martirizados por haberse convertido a la fe católica.
Vivo esta en nuestro recuerdo cuando en la ceremonia de bienvenida oficial ya se habían restablecido las relaciones diplomáticas entre México y el Estado Vaticano, al escuchar las notas del Himno Nacional Mexicano, hiciste un gran esfuerzo, te pusiste de pie, y pronunciaste unas breves palabras: ¨Queridos mexicanos. México siempre fiel¨, pocas palaras, imborrables palabras, grabadas indeleblemente en tu corazón y en millones de corazones de mexicanos que palpitan de júbilo ante tu beatificación y canonización.
Beato Juan Pablo ll: después de estos días de tu beatificación, es preciso transcribir parte de las palabras que pronunciaste, en español, cuando en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, canonizaste al indio Juan Diego: ¨En honor de la Santísima Trinidad, para exaltación de la fe católica y crecimiento de la vida cristiana, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los Santos Apóstoles, Pedro y Pablo, y la nuestra, después de haber reflexionado largamente, invocado muchas veces la ayuda divina y oído el parecer de nuestros hermanos en el Episcopado, declaramos y definimos santo al beato Juan Diego Cuauhtlatoatzin¨.
Beato Juan Pablo ll: Tú que estas cerca de nuestro Padre Dios, intercede por este, tu México lindo y querido, que atraviesa por tremenda crisis de valores y donde el crimen organizado, cada día, demuestra su poder segando vidas impunemente.
Beato Juan Pablo ll, ruega por nosotros.
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